El peritaje revela una red de contactos, movimientos y trabajos de inteligencia demostrando que Fernando Sabag Montiel no trabajó solo.

Noticias Argentina.

Una tercera persona estaría implicada en el intento de asesinato de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, el 1 de septiembre cerca de su casa en Buenos Aires.

Hace una semana, la justicia atrapó a Brenda Uliarte, novia de Fernando Sabag Montiel y presunta implicada en el caso, y este lunes en la noche cayó otra mujer, amiga de Uliarte.

Las autoridades pudieron dar con la tercera sospechosa, gracias a la información contenida en el celular de Uliarte.

Se trata de Agustina Díaz, una chica de 21 años, quien conocía a Uliarte desde la Escuela de Educación Media N°6 Juana Manso -un bachillerato para adultos- cuando estaban terminando el secundario.

El peritaje realizado por las autoridades arroja pruebas de su complicidad con el intento de magnicidio contra la vicepresidenta.

Respuesta de los abogados

Por su parte, los abogados aseguraron que su clienta no tiene nada que ver con el caso ocurrido el primero de septiembre.

“A los mensajes no les vamos a dar trascendencia; entendemos que no son determinantes, ni correctos. No tenemos constancia de la trascendencia”, dijo Marcelo Herrera, su representante.
Su respuesta se debe a la versiones que indican que Díaz le envió un mensaje a Uliarte, quien sería la instigadora, minutos después del famoso incidente.
“¿Cómo no le pegó el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado?”, le habría escrito Díaz a su amiga, algo que los abogados niegan.

Sobre el caso

A los 35 años, Fernando Sabag Montiel, un hombre de ascendencia brasilera fue detenido tras el intento fallido de asesinato a la vicepresidenta, Cristina.
El hecho sucedió el 1 de septiembre, mientras un grupo grande de personas se agrupaba frente a su residencia en el barrio La Recolecta.
Aunque las autoridades trataron de impedirlo, la presión de la gente logró tomar el lugar.
La oportunidad perfecta para Sabag Montiel se presentó cuando la vicepresidenta se disponía a saludar a sus seguidores. Fue en ese momento que entre la multitud emergió un arma que iba directo a cara de la funcionaria.
Por fortuna, ninguna bala salió del arma de Montiel.
Luego del hecho, la primera reacción del Gobierno fue acusar a la oposición y los medios de alimentar con discursos de odio a personajes como Sabag Montiel.
Pues según medios como El País, Sabag Montiel «había llevado a la práctica lo que destilaba en grupos de internet vinculados a la extrema derecha».
Pronto se supo que el atacante tenía una novia, una joven que vendía algodón de azúcar en las manifestaciones. Desde el celular de su novia, se pudo confirmar sus movimientos y su culpabilidad.
También se comprobó que hubo un intento el 27 de agosto, cuando la vicepresidenta habló a sus seguidores que fueron a manifestarse en su apoyo hasta el barrio de La Recoleta.
La pareja lamentó haber perdido la oportunidad.
“Ella [la expresidenta] ya subió, ya no creo que salga a esta hora así que ya fue, deja, voy para allá, quédate ahí. No traigas nada”, le dice el atacante a su novia.
Antes, Sabag Montiel le cuenta a su pareja que había estado a pasos del gobernador de la provincia de Buenos Aires, el kirchnerista Axel Kicillof: “Le toqué la espalda a Kicillof y se metió a su auto Toyota Ethios”.
Hasta el momento, las autoridades están en la búsqueda de más implicados, ya que a Uliarte, tras el ataque, le recomendaron no usar el móvil y abrieron cuentas en Facebook para intercambiar mensajes en forma segura.
El misterio que las autoridades quieren esclarecer si hubo actuación por mano propia o si detrás de ellos hay una influencia.

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