Pese a ser el primero en las encuestas, el expresidente de Brasil pretende evitar la segunda instancia y asegurar la victoria en primera vuelta.
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Se acercan las elecciones presidenciales en Brasil y los favoritos a ser elegidos son el actual presidente, Jair Bolsonaro y el expresidente Luis Inácio Lula da Silva. Esto ha generado una polarización política, puesto que el primero es de extrema derecha, mientras que el segundo, es de izquierda.
Por esta razón, la campaña ha permanecido llena de fuertes tensiones entre los partidarios de ambos candidatos. Un ejemplo es la muerte de algunos hombres por manifestarse a favor de uno u otro candidato.
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Como sucedió con un hombre de 39 años que fue asesinado en un bar por un simpatizante de Bolsonaro, tras declararse en favor de Lula. Así mismo, otros dos casos se han presentado durante el mes.
Ante los hechos, el expresidente izquierdista se ha expresado en contra y rechazó cualquier acto de violencia afirmando que «Brasil no tiene guerra con nadie, no podemos tener peleas entre nosotros». Por su parte, el presidente fomenta la violencia incrementando el odio entre los seguidores.
El bajo desempeño de Bolsonaro como presidente de Brasil ha permitido que Silva se posicione como el primero en las estadísticas desde el inicio. El exmandatario lleva un 48% de favoritismo, mientras que el primero va con un 31%. El resto de los otros candidatos no supera el 10%.
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Es importante recordar, que cuando un candidato supera el 50% de votos en la primera vuelta, por ley queda electo. Es por esto, que la apuesta de Silva es superar su puntaje actual.
Aunque la mayoría de los brasileros ya tienen definido su candidato, hay un pequeño sector que se encuentra indeciso. En ese sentido, Silva les ha asignado a sus seguidores la tarea de persuadir aquellos que tienen dudas en estos días que faltan para las elecciones.
Aunque las encuestas se encuentren a su favor, el izquierdista no se confía de los números y sigue en la búsqueda de votantes, por lo que también recientemente sostuvo diálogos con empresarios. Sin mencionar el último debate que se dará este jueves.
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