la intervención militar a petición de los electores de Bolsonaro tras la victoria de Lula, es una malinterpretación a la Constitución, señalan verificadores
El artículo 142 de la Constitución brasileña no permite la intervención militar o que autorice al presidente hacer uso de las Fuerzas Armadas, ante acusaciones falsas de fraude.

El artículo 142 de la Constitución brasileña no permite la intervención militar o que autorice al presidente hacer uso de las Fuerzas Armadas, ante acusaciones falsas de fraude.

Noticias Brasil.

Tras los resultados que le concedieron la victoria al candidato del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, miles de partidarios del actual presidente, Jair Bolsonaro, han salido a las calles.

Durante cuatro días, miles bolsonaristas se han reunido ante los cuarteles generales del Ejército en Río de Janeiro, São Paulo, Brasilia y otras ciudades de siete estados para exigir el cumplimiento del artículo 142 de la Constitución brasileña, pues alegan presunto fraude electoral.

En paralelo a esta concentraciones, se encuentran más de 100 bloqueos repartidos por al menos 17 estados del país.

 (Reuters)
La Policía intenta desbloquear las movilizaciones que han interrumpido el tráfico en varias ciudades desde hace cuatro días. Foto: Reuters.

De acuerdo a las declaraciones, el apartado constitucional legitimaría la intervención de la fuerza militar para impedir al vencedor, quien los mismos bolsonaristas acusan de fraude electoral.

Sin embargo, los analistas precisan que este artículo define las funciones de la fuerza pública y en ningún momento abre el camino para que se interponga entre la división de poderes.

Artículo 142

Uno de los manifestantes dijo al medio France 24 que estaban «reivindicando el artículo 142 exactamente para que haya una intervención de las Fuerzas Armadas, porque las elecciones no fueron legales».

Ante aseveraciones como estas, los verificadores de información factual como la AFP Factual, Agência Lupa y Boatos, aclararon lo que verdaderamente se estipula en el artículo en mención.

En primer lugar, los seguidores de Bolsonaro citan la legislación para pedir la intervención militar para impedir que el ganador asuma la Presidencia de la República, lo que ocurriría tras 72 horas de continuas protestas populares.

Sin embargo, la Agência Lupa dice que el artículo 142 regula las atribuciones de las Fuerzas Armadas en el ordenamiento constitucional y no otorga poder moderador a los militares.

También asegura que es falso que se produzca una intervención después de este plazo.

Por su parte, Boatos.org afirma que si bien es cierto que en el artículo se señala la subordinación de las FF.AA. ante el presidente de la República, no significa que el presidente pueda utilizar el Ejército, la Marina o la Fuerza Aérea para aplicar un golpe militar.

Este pasaje se refiere a situaciones extraordinarias, como las guerras o los grandes acontecimientos como los JJ.OO. y el Mundial de Fútbol.

«Artículo 142. Las Fuerzas Armadas constituidas por la Marina, el Ejército y la Fuerza Aérea, son instituciones nacionales permanentes y regulares, organizadas sobre la base de la jerarquía y la disciplina, bajo la autoridad suprema del presidente de la República, y tienen como finalidad la defensa de la Patria, la garantía de los poderes constitucionales y, por iniciativa de cualquiera de estos, la ley y el orden».

¿Por qué hacen mención a este artículo?

La primera vez que se menciona este artículo fue en 2020, cuando el propio Bolsonaro en una reunión ministerial dijo que era posible que cualquier rama del Estado podría pedir a las Fuerzas Armadas que intercediera.

El presidente apeló a esta supuesta figura tras saber que sus hijos eran investigados por el Supremo Tribunal Federal (STF).

A partir de ese momento, sus seguidores comenzaron a utilizar este argumento con objeto de que los militares deberían ser el mediador entre el Ejecutivo y el Poder Judicial.

Declaraciones ambiguas

El martes, tras 48 horas de silencio, el presidente saliente se pronunció, sin hablar de su derrota y recalcando únicamente que cumpliría con la Constitución.

Igualmente, volvió a pronunciarse el miércoles y pidió a sus seguidores que reabran cuanto antes las carreteras porque los bloqueos «perjudican el derecho de ir y venir» y a la economía.

Después, añadió: «las otras protestas, las manifestaciones que está habiendo por todo Brasil, son bienvenidas, son parte del juego democrático».

Según los analistas, su silencio durante dos días, más las declaraciones que consideran fueron ambiguas, reforzaba en sus electores la idea del supuesto fraude electoral.

Aunque Bolsonaro ha autorizado formalmente el traspaso, no quiere dar la impresión, ante los seguidores más radicales, los que ni en el peor momento de la pandemia le abandonaron, de que perdió.

Aún así, ante la escalada de los hechos que han ocurrido recientemente, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre De Moraes advirtió que las protestas y actos antidemocráticos que se opongan a los resultados electorales, serán «combatidos con la ley».

«Las elecciones han acabado, la segunda vuelta acabó democráticamente. El TSE proclamó vencedor y tomará posesión el 1 de enero de 2023. Eso es democracia, eso es alternancia de poder, eso es estado republicano», ha remarcado De Moraes durante la primera sesión del tribunal tras las elecciones del domingo.

Hasta ahora, impera la incertidumbre de lo que pueda ocurrir durante los dos meses que faltan para la posesión del presidente elegido, ‘Lula’ da Silva, debido a la profunda desinformación y marcada polarización en Brasil.

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