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El adolescente de 16 años recibió dos disparos, uno en su cabeza. Buscaba a sus dos hermanos mellizos quienes se encontraban en la casa de un amigo. 

Noticias mundo.

Cargos por delitos graves caen sobre un hombre de blanco de 80 años por disparar y herir a un adolescente afroamericano de 16 años que tocó el timbre de su casa por error.

El caso ocurrió en Misuri, Estados Unidos.

Ralph Yarl, un adolescente de 16 años, recibió dos disparos, uno de ellos en la cabeza, el pasado jueves por la noche.

Las autoridades informaron que el joven recibió los disparos tras tocar el timbre de la casa equivocada mientras iba a buscar a sus hermanos mellizos, quienes se encontraban en la casa de un amigo.

El adolescente consiguió ir a pedir ayuda por sí mismo. Yarl fue hospitalizado en estado grave, pero ya recibió el alta y se recupera en casa.

Indignación

El hombre de 84 u 85 años, acusado por dispararle, fue liberado sin cargos luego de permanecer 24 horas detenido. Esto hizo que la indignación aumentara.

Aún así, el fiscal del condado de Clay, Zachary Thompson, anunció el lunes que el anciano, identificado como Andrew Lester, había sido acusado de agresión en primer grado y acción criminal armada.

Su fianza se fijó en 200.000 dólares.

Andrew Lester, foto del Departamento de Policía de Kansas City

«Pretender que la raza no es parte de toda esta situación sería esconder la cabeza en la arena», dijo el martes el alcalde de Kansas City, Quinton Lucas.

«A este chico le dispararon porque era negro», agregó en declaraciones a CNN.

La Casa Blanca anunció el lunes por la noche que el presidente Joe Biden había hablado por teléfono con Yarl «y compartido su esperanza de una rápida recuperación».

La tía de Yarl, Faith Spoonmoore, dijo en una campaña de GoFundMe que su sobrino era un estudiante talentoso que soñaba con estudiar ingeniería química.

Hasta el martes por la mañana, se habían recaudado más 2,8 millones de dólares para Yarl.

Deuda histórica hacia los afroestadounidenses

El tema de los tiroteos mortales ocurren regularmente en Estados Unidos, un país en donde hay más armas que personas, pues se calcula 400 millones de armas en una población de 330 millones de personas.

El caso de Yarl ha suscitado una especial indignación, pues la comunidad afroestadounidense sigue lidiando con una larga historia de rendición de cuentas.

La jefa de policía de Kansas City, Stacey Graves, dijo en una conferencia de prensa el domingo por la noche reconocer los «componentes raciales» en el caso.

Sin embargo, la información ahora «no dice que haya motivos de raza» y la investigación sigue en curso.

El lunes también se presentaron cargos en un caso similar en el estado de Nueva York, aunque la víctima del tiroteo del sábado por la noche, Kaylin Gillis, no sobrevivió.

Las autoridades indicaron que la victima junto a tres personas se presentaron en la dirección equivocada cuando intentaba encontrar la casa de un amigo.

El dueño de la casa identificado como la persona que disparó, Kevin Monahan, fue arrestado el lunes y acusado de asesinato en segundo grado, según la oficina del sheriff.

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