El último estudio de Salud Sexual y Reproductiva sobre la vasectomía evidencia «un cambio cultural en favor de la igualdad» en los argentinos, dicen los especialistas.
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Históricamente la responsabilidad reproductiva ha recaído sobre la mujer al tener disposición de varios métodos. Gracias a los avances en salud reproductiva y sexual, el hombre tiene una opción más, la vasectomía, método al que muchos argentinos se están animando a implementar.
Este año, un nuevo reporte del área de Monitoreo de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva indica que, en 2015 solo 56 personas se habían realizado una vasectomía, una cifra que se incrementó cada año hasta alcanzar las 683 de 2019.
Sin embargo, se estima que la incidencia sería mucho mayor, dado que se presume que habría un elevado subregistro.
Y que también muchas clínicas privadas realizarían vasectomías bajo otras denominaciones, ya que la práctica se considera de mal pago.
«Estos datos hablan de un cambio cultural en favor de la igualdad, en el sentido de que el hombre se responsabiliza de la anticoncepción en la pareja para evitar que la mujer tenga que someterse a una cirugía compleja con anestesia general o tomar hormonas toda la vida», explicó el jefe de la Sección Andrología del Hospital de Clínicas, Mariano Cohen.
Sobre la vasectomía
Acceso
El acceso a la anticoncepción quirúrgica en sus dos versiones de ligadura tubaria o vasectomía, es un derecho en Argentina a partir de la sanción de la ley 26.130, de 2006, que integró la práctica al Programa Médico Obligatorio (PMO) con cobertura total.
De acuerdo con Cohen, el pedido de la vasectomía es «un fenómeno vinculado con personas de alto nivel educativo que en un 98 por ciento de los casos viene con paternidad previa».
Sin embargo, existe «un porcentaje que lo solicita sin haber sido padres».
Agregó que «la otra población que se hace mucho la vasectomía, además de quienes lo hacen para planificación familiar, es el paciente que se separa».
También ocurre mucho que las experiencias exitosas cercanas animan al entorno, por lo que «se opera un chico y los amigos vienen después», indicó.
Para solicitar la práctica, es preciso ser mayor de edad y firmar un consentimiento informado escrito. No es necesario el consentimiento de la pareja, ni haber tenido hijas o hijos.
Proceso
«En la vasectomía se realizan dos pequeñas incisiones en el escroto para acceder a los conductos deferentes, se los liga y corta por separado para que de esta forma los espermatozoides queden en los testículos y no lleguen al semen», explicó Cohen.
«Antes de la operación, le ordeno al paciente hacerse un espermograma para saber si es efectivamente fértil y evaluar la calidad del semen, al igual que a los tres meses de la vasectomía», contó Cohen.
¿Reversible?
Existe varias dudas sobre si el procedimiento es reversible, es decir, que si el paciente puede volver a ser fértil reabriendo los conductos.
De acuerdo al especialista, si bien existe la posibilidad de revertirla, hay que mirar la operación como «definitiva».
«La persona debe saber que no quiere tener hijos, ya que a medida que pasan los años, la tasa de reversibilidad disminuye entre un 90 y 70 por ciento; y hasta un 40 y un 20 después de diez años”, detalló.