Japón pierde a uno de sus principales compradores de mariscos, China, ante la medida.
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Desde el anuncio a la acción, Japón ha recibido varias críticas ante el vertimiento de aguas residuales de la planta nuclear Fukushima en el océano pacífico.
Esta medida surge como alternativa desde que el tsunami de 2011 destruyó la planta nuclear de Fukushima en el mismo año.
Países vecinos han rechazado la idea, pese a que la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU considerara que el plan cumple con los estándares internacionales y tendría un impacto «insignificante» en el medio ambiente.
Sin embargo, China sería uno de los países que iría más lejos, cancelando el comercio que sostenía con Japón de frutos del mar.
China es uno de los principales compradores de Japón y este jueves emitió la noticia, resaltaron su responsabilidad de «proteger la salud de sus ciudadanos».
Vale aclarar que este país se ha opuesto al plan desde hace 2 años que se anunció.
Inicia liberación de agua radiactiva de la planta Fukushima al océano
Japón ha marcado un hito al comenzar la liberación gradual de agua radiactiva tratada de la planta nuclear de Fukushima al océano Pacífico. pic.twitter.com/FJ4uniFaOl
— RT en Español (@ActualidadRT) August 24, 2023
Impacto del vertimiento por parte de Japón
Aunque la medida cuenta con el respaldo del organismo de control nuclear de la ONU, la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), la problemática también transciende a lo local.
Las comunidades temen que un posible daño ambiental afecte la pesca y otras actividades económicas.
Toda esta controversia surge tras los destrozos que generó el tsumani de 2011, por lo tanto, la empresa encargada, Tepco, ha estado bombeando agua para enfriar los reactores nucleares.
Por lo tanto, produce aproximadamente, según la BBC, 100 metros cúbicos al día de agua contaminada, la cual es almacenada en tanques.
Hasta el momento se han llenado más de 1.000 tanques.
Japón dice que esta no es una solución sostenible a largo plazo, y por eso libera agua en el océano Pacífico que se espera dure por 30 años.
El agua contiene tritio y carbono-14, formas radioactivas del hidrógeno y el carbono, que son difíciles de separar del agua.
Las aguas filtradas se diluyen con agua de mar para reducir las concentraciones de sustancias restantes, antes de ser liberadas en el océano.
Tepco afirma que su sistema de válvulas asegura que no se puede liberar accidentalmente aguas de desecho sin diluir.
Críticas
A parte de China y algunos países vecinos como Corea del Sur, Greenpeace no estaba de acuerdo con la medida y publicó un informe donde plantea sus dudas sobre el proceso de tratamiento de Tepco.
Científicos dicen que deben realizarse más estudios sobre el tema, por lo tanto, debería Japón en mantenerlos en los tanques.
Así permitiría ganar tiempo para desarrollar nuevas tecnologías de procesamiento y para que la radioactividad restante se reduzca naturalmente.
«Hemos visto una evaluación de impacto radiológico y ecológico inadecuada y nos preocupa que Japón no solo no pueda detectar qué está ingresando en el agua, los sedimentos y los organismos, sino que si lo hace, no haya forma de eliminarlo…. no hay manera de volver a meter al genio dentro de la botella», le explicó a la BBC el biólogo marino Robert Richmond, profesor de la Universidad de Hawái.
Otros señalan el pasado de Tepco, quien fracasó en el 2011 en evitar el desastre.