El criterio que determinaba que los pueblos ancestrales sean expulsados de sus tierras, si no demostraban que se encontraban en ellas antes de 1988, fue declarado inválido en Brasil.
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«La Constitución no optó por la teoría de la posesión inmemorial. Tiene que haber un vínculo. Ahora bien, ese vínculo no necesariamente está en el marco del 5 de octubre de 1988», afirmó Toffoli.
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— Metrópoles (@Metropoles) September 21, 2023
«Repercusión general»
Todo este conflicto que por poco le cuesta las tierras a los indígenas, comienza en el 2009, cuando el territorio Ibirama-Laklano perdió su estatus de reserva después de que una instancia inferior acogiera el argumento de que los grupos no estaban viviendo allí en 1988.
Por lo tanto, esta decisión repercute en lo que en Brasil llaman «repercusión general». Es decir, afecta a unas 250 tierras en disputa, de las 750 reservas existentes, sean reconocidas o no.
Ahora tienen que determinar las indemnizaciones que deben pagarse a los propietarios que ocuparon tierras indígenas sin usurpación o conflicto.
El caso corre en paralelo a un proyecto de ley similar en trámite en el derechizado Congreso, donde tienen mucha fuerza los ruralistas, y desata las alarmas entre los pueblos ancestrales, los ambientalistas y los defensores de los derechos humanos.
Por ahora fue aprobado por los diputados y sigue avanzando en el Senado.
Conflicto de tierras en Brasil
Esto no es más que un episodio del eterno conflicto que aún persiste en Brasil, las tierras.
Los indígenas, por su parte, dicen que la Constitución ampara sus derechos territoriales, sin prever ningún «marco temporal».
Sin embargo, fueron desplazados de sus territorios, especialmente durante una dictadura militar (1964-1985).
Por lo tanto, en muchos de los casos les era casi imposible determinar su presencia en 1988.
En cuanto a los ganaderos y latifundista del pujante sector agropecuario, ellos opinan que los 900.000 indígenas que viven en Brasil ocupan demasiado territorio, un 13%.
Según ellos, que si no se establece el «marco temporal», esa cifra crecerá.
Para ellos, ese criterio hubiera puesto fin a infinitud de disputas territoriales y contribuido a pacificar el campo.
Con la llegada de Lula, se retomaron las demarcaciones a favor de los indígenas, disminuyendo la deforestación y otros crímenes ambientales.
Hasta incluso se creó el Ministerio de Asuntos Indígenas, cuyas atribuciones fueron recortadas recientemente por una maniobra en el Congreso.