Por Karla Velezmoro
Periodista FOROS HUMANOS
“Ya te cagas… si no me pagas 300 mil soles (cerca 80 mil dólares) tú y tu familia entera van a morir. Tienes una oportunidad más. Levanta el fono…” Este es el mensaje que Los cómplices de la cumbia recibieron en un sobre manila en el que también había cinco balas. Inmediatamente, denunciaron ante la Policía y por unas semanas decidieron mantener perfil bajo. Pero, al notar que las amenazas cesaron, esta banda muy popular en el cono sur de Lima programó su retorno anunciando una presentación en la discoteca Xanders de San Juan de Lurigancho. Sin embargo, su tan esperado regreso no ocurriría.
Viernes 15 de septiembre, 8 de la noche, grupos de jóvenes caminaban por el frontis de la discoteca cuando, de pronto, detonó una granada en la puerta del local. La onda expansiva del explosivo dejó 15 heridos, tres de ellos de gravedad. “Yo me encuentro muy asustado. Yo no le hago daño a nadie. Soy joven. A mí solo me gusta cantar y compartir con el público”, declaró a la prensa Sergio Romero, Chechito, cantante de la agrupación de cumbia, quien reveló a la Policía que desde hace más de un mes reciben amenazas.
Este hecho fue el detonante para que tres días después el gobierno decidiera declarar en emergencia por 60 días no solo San Juan de Lurigancho sino también San Martín de Porres y seis localidades de la ciudad norteña de Sullana en Piura, medida que fue prorrogada.
Amenazas generalizadas
Pero no son solo los artistas blanco de extorsiones, los pequeños negocios también. El presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú, Andrés Choy, informó que el 60% de sus más de 22 mil asociados han sido víctima de extorsionadores, cobradores de cupos y prestamistas que utilizan la modalidad conocida como ‘gota a gota’. Es más, precisó que de cada diez bodegueros, uno decidió cerrar su negocio por temor a las amenazas.
Y es que las cifras son alarmantes: en lo que va del año se han registrado cerca de 13 mil denuncias de extorsión, según la Policía Peruana. Aún con la declaratoria de emergencia, los actos delincuenciales no han cesado. En San Juan de Lurigancho, el 25 de septiembre pasado, policías de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) lograron desactivar una granada que dejaron en el frontis de una pequeña bodega. El 24 de octubre, un sujeto lanzó su mochila al techo de la vivienda de una anciana al ser perseguido por la Policía. Afortunadamente, la granada no explotó. El 26 de octubre, detonaron una granada de guerra en un taller de confecciones de peluches. Y los casos continúan.
Lo más preocupante es que algunas de estas bandas están utilizando menores de edad para realizar las extorsiones. Esta situación quedó evidenciada con la captura de un adolescente de 14 años como integrante de la organización criminal Los Malditos de Huáscar que opera en San Juan de Lurigancho.
Escalada de tensiones entre peruanos y venezolanos
Pero las extorsiones no son exclusivas de los distritos declarados en emergencia. Cansados de ser extorsionados por delincuentes venezolanos, el pasado 30 de octubre, un grupo de mototaxistas peruanos que trabaja en La Parada (mercado mayorista de Lima) quemó la moto de un presunto extorsionador. Protagonizaron protestas. Los mototaxistas expresaron su frustración por tener que pagar entre uno y dos soles diarios a los extorsionadores (menos de un dólar), por lo que decidieron enfrentarse a ellos.
Dos días después, el 1 de noviembre, en redes sociales se viralizó un video en donde aparecen un grupo de encapuchado empuñando armas lanzando el siguiente mensaje:
«Si vuelven atentar contra la vida de algún otro venezolano trabajador, aplicaremos lo mismo, mataremos peruanos trabajadores para que se den cuenta de que esa no es la solución. No habrá paz para los peruanos que apoyen la xenofobia. Comenzaremos a matar a todos los motorizados peruanos que estén en los paraderos de La Victoria, Gamarra, 28, y cualquier otro distrito que se preste. Esperamos que se normalice la situación con los venezolanos trabajadores. Estamos en Perú. Atentamente: Los Gallegos».
Esta amenaza fue difundida a través de los medios de comunicación, lo que ocasionó alarma en la población. Cabe precisar que Los Gallegos es una facción de la organización criminal El Tren de Aragua que opera en varios países de la región.
Peruanos claman por seguridad ante epidemia de robos
A estos episodios se suman los robos comunes, sobre todo, de celulares. Según el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), cada hora, se roban en promedio, 200 equipos móviles a nivel nacional. Hasta los escolares son blanco de estos robos. A pesar del estado de emergencia en San Juan de Lurigancho, un adolescente fue acuchillado por la espalda para robarle su celular cerca a su colegio. Los padres de familia protestaron en el frontis de la escuela por la inseguridad en la zona.
Los peruanos consideran que el principal problema que tiene el país es la inseguridad ciudadana y la delincuencia. Y es que el Perú lidera junto a Ecuador el ranking de percepción de criminalidad en Latinoamérica, según un reciente estudio de opinión de CID GALLUP.
De acuerdo con este informe internacional, el 87% de los peruanos encuestados siente que la criminalidad está en alza. Y si hablamos ya no de percepción sino de cifras oficiales, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, el 28,1% de la población peruana que vive en zonas urbanas fue víctima de algún hecho delictivo durante el semestre de marzo a septiembre de este año.
Sin embargo, es altamente probable que la cifra sea mucho más elevada, pues se sabe que no todos denuncian los robos.