Rosario
Foto: Tomada de InSight Crime.

Rosario, Argentina, enfrenta una grave crisis de violencia con altos índices de homicidios y ataques que han paralizado la ciudad. Amenazas y balaceras han generado miedo e incertidumbre entre los habitantes, llevando a la suspensión de servicios y actividades públicas. La situación ha provocado intervención policial y militar en las calles, mientras se busca restablecer la seguridad y enfrentar el narcotráfico.

Por: Flavia Campeis, Jorgelina Tomasin

Desde hace más de una década, Rosario se ha convertido en la ciudad más violenta de Argentina, quintuplicando la tasa de homicidios a nivel nacional, pero en el inicio del 2024 la ciudad estuvo marcada por una serie de balaceras, asesinato de trabajadores en la vía pública y amenazas mafiosas de narcos que desencadenaron jornadas de paro, sin transporte público, servicios, ni escuelas y pusieron a la localidad natal del campeón de futbol, Lionel Messi, en el foco de las noticias nacionales e internacionales.

En 2023, Rosario tuvo una tasa de homicidios de 22,1 por cada 100 mil habitantes, tratándose de una ciudad de más de un millón de habitantes, ubicada en el centro del país, a la vera del río Paraná, donde se encuentra el polo agroexportador más grande de Sudamérica.

A principios de marzo de este año, el crimen de dos taxistas en un mismo día, a las pocas horas hubo una balacera contra un bus del servicio público de pasajeros en el que resultó muerto el chofer, un ataque contra una comisaría, paralizaron a la ciudad.

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El cese de actividades de taxis, buses y todos los transportes públicos hizo que la ciudad se paralice, que las escuelas deban permanecer sin clases, que muchas personas no puedan llegar a sus lugares de trabajo y que al caer la noche un silencio rotundo invada la ciudad, que se ha caracterizado por ser un lugar donde la gente disfruta del espacio público, de grandes espacios verdes, bares y restaurantes, luego de esta seguidilla de balaceras se paralizó por el miedo y la incertidumbre.

Entre los eventos que debieron suspenderse se encuentra la emblemática marcha del 8 de marzo por el Día de la Mujer Trabajadora, que siempre es multitudinaria en la ciudad, y esta vez las asistentes no pudieron salir a la calle como sí se hizo en el resto del país. Esto evidenció la incertidumbre por cómo se ocupará el espacio público de ahora en más en la ciudad.

Balaceras y amenazas

A fines de 2023 se habían registrado balaceras contra comercios, el Centro de Justicia Penal, un banco, también contra un hospital público y una escuela.

La hipótesis fue que algunos de esos ataques tuvieron que ver con el inicio de la gestión  del gobernador Maximiliano Pullaro, sobre todo en lo que tiene que ver con medidas vinculadas a la seguridad pública. La hipótesis es que fueron respuestas a los operativos en una importante cárcel de la provincia de Santa Fe, donde hubo presos trasladados a un pabellón «de alto perfil» para ser sometidos a un mayor control.

En marzo de este año la violencia volvió a escalar con tres atentados que causaron la muerte de trabajadores de los servicios públicos en poco más de 24 horas. Dos taxistas y un chofer de bus murieron. El impacto a nivel social y político fue tal que el intendente municipal, Pablo Javkin, debió suspender la apertura de sesiones en el Concejo Deliberante de Rosario y muchas actividades durante esos días quedaron en pausa.

La hipótesis más fuerte que explica esta escalada de crímenes violentos en la ciudad fue la difusión por parte del gobierno provincial de imágenes de una requisa en un penal provincial, donde se podían ver a reclusos con el torso desnudo, mirando hacia el piso y rodeados de policías con armas de alto calibre.

El texto que acompañaba esas fotos titulaba: “Cada vez la van a pasar peor”. En el mismo, las autoridades provinciales expresaron: “Tenemos un plan de Seguridad, sabemos cómo llevarlo adelante y estamos trabajando para eso. Desde las cárceles salen las órdenes para hacerle la vida imposible a los santafesinos. (…) Los presos están presos, no vamos a aceptar ninguna extorsión y, si no lo entienden, cada vez la van a pasar peor”.

Esas fotos desataron una serie de crímenes donde en el lugar dejaron amenazas dirigidas tanto al gobernador Pullaro, como al ministro de Justicia y Seguridad provincial, Pablo Cococcioni.

En la noche del sábado 9 de marzo, un trabajador de una estación de combustibles fue asesinado por un sicario. En la escena del crimen fue encontrada una nota dirigida al gobernador Pullaro y al ministro Cococcioni. El mensaje decía: “Nosotros no queremos celulares, queremos nuestros derechos ver a nuestros hijos y familia y se respeten. No queremos negociar nada, queremos nuestros derechos. Esto es para todos los presos, pabellones y cárcel. Pullaro y Cococcioni carguen con muertes inocentes (sic)”, señala el mensaje De igual manera afirman: “Atte. Zona Norte, Zona Sur y Oeste unidos”.

Este mensaje también tiene que ver con que apenas asumido a su cargo, Pullaro había anunciado que volvería a instalar los inhibidores de señal telefónica móvil que ya existían en las cárceles. Además, en ese momento suspendió el ingreso de alimentos que les llevaban los familiares a los presos y dijo:  ​​“Los jefes narcos y sicarios van a volver a pabellones de alto perfil y eso nos va a permitir tener un mayor control de estos reclusos. El objetivo es que desde los penales no se cometan delitos; esto significa que si ese preso cometió un delito grave desde la cárcel, van a hablar con sus familiares y abogados a través de un blindex y van a estar monitoreados las 24 horas”.

El 11 de marzo, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich (ex candidata a presidenta por Juntos por el Cambio), junto con el ministro de Defensa Luis Petri, el gobernador Pullaro y el intendente de la ciudad de Rosario, Pablo Javkin, brindaron una conferencia de prensa para hablar del Comité de Crisis que decidieron implementar en la ciudad y aseguraron que “tiene como fin restablecer la seguridad interior en la provincia y eliminar de raíz el accionar de bandas narcoterroristas”.

La ministra de Seguridad de la Nación dijo que se denunciará como un “acto de terrorismo” a todo hecho de violencia perpetrado en la vía pública o en el interior de lugares públicos. El martes 12 de marzo por la madrugada, las autoridades provinciales encontraron una nueva amenaza de muerte que menciona al gobernador.

El periodista Carlos Del Frade, hoy diputado provincial, desde su rol de investigador sigue las causas por narcotráfico y crímenes en toda la región desde hace décadas, es un especialista en analizar estas situaciones de violencia que ocurren en su ciudad y expresó: “Rosario es la ciudad más importante de la Argentina después de la Capital Federal. Acá se han dado una serie de hechos vinculados a bandas narco policiales barriales algunas de mucho poder económico y poder de fuego, pero que tienen su origen en lo barrial y que de acuerdo a un informe presentado la Legislatura provincial, son 46 en estos momentos, pero seguramente son más por la subdivisiones permanentes que se generan en los últimos eslabones de la cadena de comercialización del narcotráfico y ese es uno de los momentos del drama más fuerte que tiene Rosario porque está sufriendo estos asesinatos de parte de los eslabones inferiores del narcotráfico”.

Del Frade explicó que “estos asesinatos de trabajadores jóvenes son una especie de terrorismo mínimo y el gobierno nacional, el provincial y municipal lo llamaron narcoterrorismo para aplicar los programas de Estados Unidos de convertir a las Fuerzas Armadas en policías nacionales y de esa manera generar más control social que combate contra un negocio que se basa, como todo negocio, en circulación de dinero, como es del narcotráfico”.

En cuanto a las medidas propuestas por el Gobierno nacional que tienen que ver con militarizar la ciudad, Del Frade indicó: “Las medidas que se piensan son aún peores porque quieren mandar al Ejército a Rosario como excusa de combate del narcotráfico para después generar control social y esto ya pasó recientemente en México desde el 2007 al 2019 con un resultado espantoso con miles y miles de muertos y más narcotráfico y más violencia y también pasó en Brasil y por supuesto pasó durante mucho tiempo en Colombia”.

Como solución, Del Frade indica que a su entender, “es fundamental la eliminación de los nichos de corrupción de la Policía del Servicio Penitenciario y en forma simultánea triplicar el presupuesto en trabajo, educación, cultura y deporte para que las chicas y los chicos no caigan rápidamente en la oferta de tener drogas y armas, que es el otro gran negocio impuesto por el sistema, que han generado estas bandas”.

Mientras tanto, en la ciudad de Rosario las calles están repletas de policías que encandilan con sus luces azules titilantes, en los accesos a la ciudad en la zona de los barrios más pobres, se ven tanques de guerra de la Gendarmería Nacional y gendarmes armados con sus metralletas y lo que más recuerda constantemente el estado de alerta en el que se vive es el sonido insistente de los helicópteros que pasan por el cielo rosarino, día y noche.

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