Studio Ghibli y la IA
Studio Ghibli y la IA

El estilo Ghibli se volvió viral gracias a la IA, pero el impacto ambiental detrás de cada imagen es más real que cualquier animación.
Lo que empezó como una simple tendencia viral para convertir fotos en ilustraciones al estilo del Studio Ghibli se convirtió rápidamente en un fenómeno global. Sin embargo, detrás de la magia visual generada por inteligencia artificial (IA), se esconde una preocupación creciente: su alto consumo de energía y agua.

En las últimas semanas, millones de usuarios en redes sociales como Instagram, TikTok y X han compartido imágenes creadas con herramientas de IA que replican el estilo del estudio japonés. Estas funciones, como la recientemente lanzada por ChatGPT con su generador de imágenes, permiten transformar cualquier retrato en una escena digna de Mi vecino Totoro o El viaje de Chihiro.

Pero esta ola creativa ha traído consecuencias inesperadas. La demanda fue tan alta que los servidores de OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, colapsaron temporalmente, obligando a limitar el acceso gratuito a estas funciones. Aunque muchos celebraron la novedad tecnológica, pocos se detuvieron a pensar en el impacto medioambiental detrás de estas herramientas aparentemente inofensivas.

Cada imagen generada podría consumir hasta 6 litros de agua

El uso de modelos de inteligencia artificial requiere una infraestructura computacional robusta, especialmente cuando se trata de procesar imágenes. Según datos citados por Laptop Mag y estudios recientes realizados por la Universidad de California Riverside y la Universidad de Texas en Arlington, generar una sola imagen con IA puede consumir hasta 1.15 kilovatios-hora (kWh). Para enfriar los servidores que hacen esto posible, se necesitan entre 1 y 5 litros de agua por cada kWh. Es decir, por cada imagen generada podrían utilizarse hasta 5.75 litros de agua.

Este número se vuelve alarmante si se toma en cuenta la escala del fenómeno: si tan solo un millón de personas generaran una imagen cada una, se necesitarían más de 3.4 millones de litros de agua, lo equivalente al consumo de una persona durante más de 60 años, según estimaciones de Laptop Mag.

Además del consumo de agua, la generación de imágenes también representa un gasto considerable de energía eléctrica, lo que plantea cuestionamientos sobre la sostenibilidad de estos desarrollos tecnológicos cuando se usan de forma masiva para entretenimiento.

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