El anuncio se produce después de varios días de incertidumbre sobre el paradero de Abrego García. A inicios de esta semana, la Corte Suprema de EE. UU. había ordenado al Gobierno que “facilitara” su regreso al país, sin imponer una obligación formal..
El caso de Kilmar Abrego García, el padre de familia deportado por error desde Maryland, ha dado un nuevo giro. El pasado sábado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos confirmó que Abrego García está con vida y que permanece detenido en el polémico Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en El Salvador, una de las cárceles de máxima seguridad más cuestionadas del continente.
“Según mi entendimiento basado en informes oficiales de nuestra embajada en San Salvador, Abrego García está actualmente detenido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo en El Salvador. Está vivo y seguro en esa instalación”, escribió un alto funcionario del Departamento de Justicia en un documento oficial.
El anuncio llega tras días de incertidumbre sobre el paradero de Abrego García. La Corte Suprema de EE. UU. había ordenado a comienzos de esta semana que el Gobierno “facilitara” su regreso al país, sin imponer un mandato obligatorio. No obstante, la falta de información concreta obligó a la jueza federal Paula Xinis a exigir al Departamento de Justicia actualizaciones diarias sobre las gestiones para traerlo de vuelta.
El documento del sábado, sin embargo, no detalló ningún plan de repatriación ni plazos concretos para su retorno.
Mientras tanto, el presidente Donald Trump anunció que este lunes se reunirá en la Casa Blanca con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, a quien elogió por “albergar a los enemigos extranjeros más violentos del mundo” en el Cecot. Aunque no se refirió directamente a Abrego García, el viernes declaró que, si la Corte Suprema se lo ordena, está dispuesto a facilitar su regreso: “Respeto a la Corte Suprema”.
Kilmar Abrego García, entre el error y el olvido diplomático
La deportación de Abrego García ha generado críticas tanto en sectores migratorios como en organismos de derechos humanos, que cuestionan cómo pudo ser expulsado un residente sin una orden judicial firme. Su reclusión en el Cecot —una prisión creada para contener a pandilleros salvadoreños— aviva la polémica y aumenta la presión sobre Washington para reparar el error.
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