
En entrevista con Efe, Padre del joven asesinado calificó el hecho como un crimen de odio y racismo.
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Tras la muerte de su hijo de 22 años, Jesús Iván Sepúlveda, asesinado al cruzar la frontera la semana pasada por Michael Sheppard, exdirector del Centro de Detención migratoria de West Texas en Sierra Blanca, los familiares buscan justicia.
En entrevista con EFE, el padre del joven, Napoleón Sepúlveda, calificó el hecho como un crimen de odio y racismo.
Su declaración ocurrió tras su llegada a Ciudad Juárez, en la frontera de México con Estados Unidos, para recuperar el cuerpo de su hijo.
«Mi hijo salió de Durango y llegó aquí a Juárez para cumplir su sueño, ir a Austin, Texas. Él era un buen hijo, no tomaba, no fumaba y quería juntar dinero para comprar una casita, vivir ahí con su esposa y sus hijas», expuso.
Sepúlveda pidió a las autoridades mexicanas y estadounidenses que trabajen para encarcelar a los responsables.
«Eso no me va a regresar a mi hijo, pero no quiero que alguien más sufra lo que yo», expresó.
El viaje
Jesús Iván era originario del estado de Durango, México. Murió en el desierto al sur de Sierra Blanca, Texas.
Todo ocurrió mientras viajaba acompañado de 13 personas provenientes de la misma región.
En medio del viaje, los migrantes pararon para tomar agua tras cruzar la frontera, hasta que fueron sorprendidos por los disparos del exjefe de un centro de detención de migrantes y su hermano gemelo.
En medio del tiroteo, murió Jesús Iván e hirieron a Brenda Berenice Casías, migrante mexicana.
Pese a ello, los hermanos Mark y Mike Sheppard quedaron libres este lunes tras pagar fianzas de 250.000 dólares cada uno mientras esperan el juicio.
Por su lado, Ignacio Aguado, delegado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, informó que el consulado de México en el estado de Texas, a través de los familiares, solicito el apoyo de traslado de los restos.
Por lo tanto, la instancia federal destino mil 800 dólares para la reparación del cuerpo.
Audios
Según sus familiares, Jesús Iván ya había intentado cruzar la frontera dos veces desde el 2021.
«Nos decía que esta ocasión sería la buena para cruzar», recordó.
Además, Efe accedió a uno de los audios que Brenda mandó a sus familiares.
«Los muchachos están bien, nomás yo y otro muchacho nos dispararon, el muchacho se murió y yo creo, yo ando en eso», expresa la mujer en el mensaje de voz.
«Yo me estoy muriendo, me dieron un balazo, ya no sé qué hacer», añade.
Crisis
El caso de Jesús Iván es un nuevo episodio del flujo migratorio récord hacia Estados Unidos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 2,15 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022.
Sandra Lizeth Cárdenas, viuda de Jesús Iván, quedó sola a cargo de sus dos hijas, de seis meses y 3 años de edad.
“Esperamos justicia, que les den la pena máxima a los asesinos. Ellos dicen que fue algo involuntario, pero claro que no lo fue. Él era un buen padre, trataba de darnos siempre lo mejor, por eso intentó ir a Estados Unidos, buscaba que tuviéramos una casa propia, era su sueño», manifestó.
Otro de los afectados fue el primo del fallecido, Uriel Villanueva, detenido tras el tiroteo.
Este hecho ha despertado indignación no solo a la comunidad duranguense, sino también a activistas como Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por su siglas en inglés).
García dijo que los suceso son resultado de una narrativa racista y anti inmigrante promovida por el gobernador de Texas, Greg Abbot.
«Por eso tienen policía en la frontera y dicen que los mexicanos son malos. Pedimos que se castigue a los criminales, que cazaron a los migrantes en una actitud meramente racista», declaró a Efe.
Ante la ola de denuncias, la congresista estadounidense Verónica Escobar pidió una investigación al Departamento de Justicia de Estados Unidos.
