Israel y Hezbollah aceptaron un cese del fuego respaldado por Estados Unidos y Francia para poner fin a un conflicto fronterizo de 13 meses.

La tregua, que inició el miércoles a las 4 a.m. hora local, busca garantizar una calma duradera en la frontera entre ambos países y permitirá la retirada de combatientes de Hezbollah a 40 kilómetros de la frontera, mientras Israel retira sus tropas del Líbano. Este acuerdo se basa en la Resolución 1701 de la ONU, la cual estipula medidas para evitar la reagrupación de combatientes y supervisión internacional.

Impactos en las partes involucradas

La tregua representa un alivio temporal para los civiles afectados por el conflicto, incluidos los desplazados y las víctimas de los bombardeos. Sin embargo, Israel ha advertido que reanudará las operaciones militares si Hezbollah incumple los términos del acuerdo. Hezbollah, por su parte, enfrenta presiones internas tras perder líderes clave y sufrir ataques masivos que impactaron su infraestructura.

Perspectivas de sostenibilidad

Aunque la tregua tiene el potencial de reducir tensiones, las violaciones previas de acuerdos similares generan incertidumbre. Ambos bandos han incumplido resoluciones pasadas, lo que permitió el fortalecimiento de Hezbollah y la acumulación de inteligencia israelí. A pesar de los desafíos, la tregua podría prolongar la calma fronteriza como lo hizo el acuerdo de 2006, que duró casi dos décadas.

Relación con la guerra en Gaza

Analistas señalan que esta tregua no necesariamente influirá en el conflicto en Gaza, donde la situación sigue siendo crítica. No obstante, Estados Unidos ve el acuerdo como una señal hacia Hamas para avanzar en negociaciones sobre la liberación de rehenes y un posible cese del fuego en el enclave.

El acuerdo de cese del fuego entre Israel y Hezbollah es un paso significativo hacia la reducción de tensiones en una región marcada por conflictos prolongados. Aunque enfrenta desafíos debido al historial de violaciones previas, ofrece una oportunidad para reconstruir la estabilidad fronteriza y aliviar el sufrimiento de las poblaciones civiles afectadas. Sin embargo, su sostenibilidad dependerá de la voluntad de ambas partes para respetar los términos establecidos. A nivel regional, el éxito de este acuerdo podría enviar un mensaje sobre el poder de la diplomacia, aunque su impacto directo en la guerra en Gaza sigue siendo incierto y limitado.

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