La esperanza de miles de estudiantes de Enfermería en Afganistán se apaga tras la nueva prohibición impuesta por las autoridades talibanes.
En un nuevo golpe a los derechos educativos de las mujeres, Afganistán ha prohibido que las estudiantes de Enfermería continúen su formación. La orden, emitida por las autoridades talibanes, elimina uno de los últimos espacios de acceso a la educación superior para las mujeres en el país.
La restricción fue confirmada por directores de institutos médicos, quienes recibieron la directriz del Ministerio de Salud Pública, en cumplimiento de las instrucciones del líder talibán, el mulá Hibatullah Akhundzada.
Esta medida se suma a una serie de restricciones impuestas desde la llegada de los talibanes al poder en agosto de 2021, que han apartado a las mujeres de la educación secundaria y universitaria.
Mujeres afganas enfrentan un futuro aún más incierto
Eman, una joven de 24 años que soñaba con convertirse en enfermera, expresó para EFE su desconsuelo “Estas clases eran nuestra última esperanza de salir adelante. Ahora todo está perdido”. Para muchas estudiantes, estos programas de formación representaban un alivio ante el aislamiento impuesto por las autoridades. Sin embargo, la prohibición ha dejado a cientos de mujeres sin alternativas educativas o laborales.
Organizaciones internacionales han alzado su voz contra esta decisión. El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) la calificó como “alarmante” debido a su impacto en un sistema de salud ya frágil. “Eliminar la formación de nuevas enfermeras y parteras pone en riesgo la vida de mujeres y bebés en un país con una de las tasas más altas de mortalidad materna e infantil”, afirmó Pamela Cipriano, presidenta del CIE para EFE.
En Kapisa, Afganistán, estudiantes de medicina lloran tras ser informadas de que, según un nuevo decreto talibán, las mujeres tienen prohibido estudiar medicina, cerrando su acceso a la educación superior.
— SissiEmperatriz 🇮🇱 (@GabyLob) December 4, 2024
La situación sanitaria de Afganistán es crítica. Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas, se necesitan 18.000 parteras adicionales para satisfacer las necesidades médicas del país, donde una mujer muere cada hora debido a complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto.
Aunque los talibanes han argumentado en el pasado que la reapertura de las aulas para mujeres depende de cuestiones “logísticas”, esta nueva decisión parece alejar aún más esa posibilidad. Diversas entidades han solicitado al gobierno afgano que revierta esta medida, recordando la importancia de la educación en la lucha contra la discriminación y como motor para el desarrollo social y económico.
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