Combina impresionantes paisajes con los desafíos y peligros de la carretera.
La ruta Los Caracoles es una de las carreteras más emblemáticas de Sudamérica, conectando la ciudad de Mendoza, Argentina, con la región de Los Andes en Chile.
Este camino de alta montaña, aunque ofrece paisajes impresionantes, representa un desafío significativo para los conductores debido a sus curvas pronunciadas, pendientes empinadas y condiciones climáticas variables.
Ubicada en una zona montañosa, la carretera obliga a los conductores a transitar con extrema precaución y a reducir la velocidad tanto en el ascenso como en el descenso. Diseñada para mitigar los riesgos derivados de la inclinación del terreno, la vía ha sido escenario de numerosos accidentes, lo que la ha catalogado como una de las más peligrosas de la región.
A pesar de sus retos, Los Caracoles es una de las rutas más transitadas, debido a su cercanía con Mendoza y Santiago de Chile, dos importantes centros urbanos. Su relevancia aumentó con la apertura del paso fronterizo Los Libertadores en 1980, convirtiéndose en una vía esencial para la conexión entre ambos países. La carretera tiene una extensión de 3,08 kilómetros y es un punto clave en el comercio y el turismo de la región.
El Camino de los Caracoles no solo es una ruta estratégica, sino también una de las más espectaculares de la Cordillera de los Andes. Sus paisajes, marcados por montañas imponentes y vistas panorámicas inigualables, la convierten en un destino atractivo para los viajeros. Aunque su reputación como carretera peligrosa persiste, su importancia como la vía más eficiente entre el Atlántico y el Pacífico en Sudamérica la mantiene como un corredor fundamental en la región.
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