Foto: redes sociales.

Pescadores escucharon los gritos y encontraron a los sobrevivientes sobre el fuselaje semisumergido de la aeronave. El derrame de combustible habría mantenido alejados a los animales.

Noticias Latinoamérica.

Cinco personas fueron rescatadas con vida tras permanecer más de 36 horas atrapadas en un pantano en la selva del Beni, Bolivia, luego de que la avioneta en la que viajaban se accidentara el 29 de abril. El operativo de rescate fue calificado por las autoridades como un «milagro».

La aeronave, una Cessna 172CP identificada como CP-1099, cubría la ruta entre Baures y Trinidad cuando perdió contacto con la torre de control. A bordo iban el piloto Pablo Andrés Velarde, de 27 años, tres mujeres y un menor que debía ser trasladado para recibir atención médica urgente.

El accidente ocurrió en una región remota y de difícil acceso, donde las avionetas son el medio de transporte más común debido a la falta de vías terrestres. Tras dos días de búsqueda, pescadores de la comunidad Pedro Ignacio Muiba escucharon gritos de auxilio y hallaron a los sobrevivientes sobre el fuselaje semisumergido de la aeronave.

La Fuerza Aérea Boliviana desplegó un helicóptero Eco Charlie EC-145 equipado con tecnología de rastreo, lo que permitió evacuar a las víctimas el 2 de mayo. Todos fueron trasladados a un hospital en Trinidad.

Durante su tiempo en el pantano, los sobrevivientes enfrentaron condiciones extremas. Rodeados de caimanes y serpientes, se refugiaron sobre la avioneta. El derrame de combustible habría alejado a los animales, según relataron. Solo se alimentaron de chivé, una preparación a base de yuca, y usaron una linterna de celular para pedir ayuda.

Condiciones extremas de supervivencia

El piloto afirmó que no hubieran resistido una noche más en esas condiciones. Patricia Coria, de 37 años, resultó con heridas leves y fue la única que permaneció hospitalizada tras el rescate.

El presidente Luis Arce ordenó una movilización inmediata para atender la emergencia. Equipos de rescate terrestre y aéreo trabajaron en conjunto para localizar la aeronave en medio de la selva amazónica, recientemente afectada por fuertes lluvias.

Las imágenes del rescate, captadas por drones, muestran el momento en que los pescadores logran acceder a los pasajeros, un acto que fue reconocido por las autoridades como un símbolo de solidaridad y esperanza.

La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) inició una investigación para esclarecer las causas del accidente. Este suceso ha puesto nuevamente en evidencia los riesgos del transporte aéreo en zonas rurales de Bolivia, pero también la fortaleza humana y el valor de las comunidades locales ante la adversidad.

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