El gobierno de Nicaragua calificó como «inaceptable e irrespetuosa» la postura de la FAO, lo que llevó a la decisión de cerrar de inmediato sus oficinas en el país y formalizar su retiro de la organización.
El gobierno de Nicaragua confirmó su retiro de la FAO y ordenó el cierre inmediato de su oficina en Managua, tras ser señalado por el organismo como uno de los países con mayor índice de hambre.
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En un comunicado oficial, la Cancillería nicaragüense calificó la postura de la FAO como «inaceptable, inadmisible e irrespetuosa». En consecuencia, el gobierno ordenó el cierre inmediato de sus oficinas en el país y formalizó su retiro de la organización.
El ministro de Relaciones Exteriores, Valdrack Jaentschke, criticó duramente el informe, asegurando que carece de objetividad y rigor metodológico. Según el canciller, el documento contiene información falsa con una «tendencia injerencista y agresiva», además de estar motivado por intereses políticos.
El informe que desató la polémica en Nicaragua
El informe de la FAO, publicado en conjunto con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos (WFP), reveló que el 19,6 % de la población de Nicaragua, es decir, aproximadamente 1,3 millones de personas, padece hambre.
El gobierno nicaragüense rechazó las cifras y afirmó que los datos no fueron consultados ni validados por sus instituciones. Además, argumentó que cualquier información sobre la situación del país debe ser aprobada previamente por el Estado, algo que, según su versión, la FAO no cumplió.
A pesar de la contundente respuesta del gobierno, en su pronunciamiento no se ofrecieron cifras oficiales que contradigan los datos expuestos en el informe. Con la salida de Nicaragua de la FAO, se desconoce qué estrategias implementará el país para abordar la seguridad alimentaria en los próximos años.
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