Un reciente estudio realizado en España ha encendido las alarmas sobre cómo las redes sociales más populares entre los jóvenes —TikTok e Instagram— estarían impactando de forma desigual en su bienestar psicológico. Las chicas adolescentes, en particular, reportan una percepción más negativa de su experiencia digital, asociada a la presión por la apariencia, la validación externa y los estereotipos reforzados por los algoritmos.
La investigación fue desarrollada por expertas de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y encuestó a más de mil adolescentes entre los 12 y 18 años en todo el país. Aunque tanto chicos como chicas reportaron efectos mixtos en su vida social, el malestar emocional fue notablemente más alto entre las usuarias mujeres, especialmente en relación con su autoimagen y autoestima.
La belleza, el cuerpo y la aprobación: un cóctel sensible
Una de las conclusiones más contundentes del estudio es que las chicas suelen estar más expuestas a contenido vinculado con estándares de belleza, moda y perfección física. Este tipo de publicaciones —en muchos casos impulsadas por el algoritmo de TikTok— tienden a reforzar una imagen idealizada que genera comparaciones, inseguridades y una constante búsqueda de aprobación digital.
“Las adolescentes sienten que deben proyectar una imagen ideal, lo que las lleva a usar filtros, editar fotos o limitar lo que comparten para cumplir con lo que ‘espera’ la red”, advierte la investigación. En contraste, los chicos parecen usar las plataformas con mayor desenfado, enfocándose más en el entretenimiento o los videojuegos.
¿Sabemos realmente cómo funciona el algoritmo?
Otro punto clave que resalta el estudio es que muchos adolescentes no son del todo conscientes de cómo los algoritmos moldean su experiencia en redes. En el caso de TikTok, por ejemplo, la página “Para ti” muestra contenido personalizado que puede reforzar estereotipos de género sin que el usuario lo perciba. Las chicas, por ejemplo, reciben más contenido sobre maquillaje, dietas o moda, mientras que los chicos se ven expuestos a desafíos físicos, juegos competitivos o conductas de riesgo.
Este sesgo de contenido, según las autoras del estudio, puede tener un efecto profundo en la forma en que los jóvenes construyen su identidad, sus relaciones y su autoestima.
Espacios de expresión… y de presión
Aunque muchas adolescentes reconocen que las redes sociales también les permiten conectarse con personas que viven situaciones similares o expresarse libremente, esta “libertad digital” suele estar acompañada por una fuerte presión por los likes, los comentarios y el impacto de cada publicación.
El informe también señala que, aunque los jóvenes en general valoran positivamente algunos aspectos de las redes —como la pertenencia grupal o la posibilidad de organizar actividades—, la dimensión emocional sigue siendo la más frágil, especialmente para las mujeres.
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