Ciudadanos guatemaltecos se unen contra la corrupción, manifestándose en más de 200 puntos del país. La resistencia abarca sectores diversos, desde líderes indígenas hasta la juventud, marcando una lucha por la democracia con raíces históricas y una mirada esperanzadora hacia el futuro.
Por Diana Fuentes
Periodista FOROS HUMANOS
En octubre 2023, a pesar de la situación de autoritarismo en Guatemala, los ciudadanos con bailes al ritmo de la marimba crearon festivales anti-corrupción de arte, discursos, cacerolazos y mucha convicción, se plantaron en más de 200 puntos a nivel nacional para exigir que se respetara su voto durante las elecciones.
Muchos se contagiaron de entusiasmo y salían a las calles, decía Diego Ceto, integrante de la Alcaldía indigena de Cotzal, Quiche. “Vamos a resistir aquí el tiempo que sea necesario”.
Juan Pablo Romero, educador, dijo en uno de los paros: “acá estamos creando un sentido de comunidad en paz sin violencia”.
Incluso integrantes de la economía informal y los mercados comunales salieron y decían “no somos los mercados que estamos acá, es el pueblo de Guatemala cansado de tanto cinismo por eso seguimos y apoyamos a los 48 cantones”.
Ante este movimiento masivo, la experta Astrid Escobedo, resalta: “Porque el poder del pueblo guatemalteco por lo menos en los últimos cien años, logran sacar a los dictadores del poder. Pasó con Manuel Estrada Cabrera, posiblemente no fue toda la población, pero sí fue el grupo militar que lo sacó. También la revolución de 1944 con Jorge Ubico sacó a Idigoras Fuentes y el más reciente el caso de Otto Perez Molina”.
Dolor de familias por sus hijas encarceladas
La familia de Marcela Blanco sufrió una situación atroz al ver a su hija tras las rejas durante 11 días, Brenda Fuentes dijo durante la detención de su hija: “Que triste que por alzar la voz porque por eso mi hija está en esta situación de persecución política”.
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“Nuestros pueblos originarios han ayudado a que este golpe no se haya ejecutado todavía. Ciudad de Guatemala necesitamos el apoyo, necesitamos alzar la voz y salir a las calles a defender la poca democracia que tenemos. No se puede seguir en esto¨, con lágrimas y desesperación Brenda Fuentes finalizó: “no dejemos que un grupo de corruptos que quieren seguir desfalcando al estado es momento de empezar un cambio”.
Pasado Guatemalteco en los años 70 e inicio de los 80.
Astrid Escobedo resalta: “Este último caso de la Universidad de San Carlos es el más vergonzoso. Si usted lo compara con el pasado guatemalteco, toda la época del conflicto armado, que fue a finales de los 70 inicio de los 80. Se exterminó a la academia guatemalteca, los intelectuales o fueron asesinados o salieron al exilio. Ahora, ¿qué pasa? O se van al exilio o se les mete a la cárcel y acá debemos tener ojo, que es lo que pasa en materia de democracia en guatemala y es donde tenemos que ver cómo reacciona la población”.
“Esto no es nuevo porque este plan viene desde 1985 que se aprueba la nueva constitución y porque decidieron esto. La constitución por ejemplo deja el tema de las comisiones de postulación, ¿cuántos años se tardaron en implementar la ley de comisiones de postulación y que esto se pusiera en marcha? entonces el retraso fue porque mientras se llegaba a conformar las comisiones de postulación empezó a funcionar todo un engranaje de graduar más abogados, de reclutar más abogados de hacer esas agrupaciones que por eso hablamos de comisiones paralelas y de empezar hablar como operadores”.
Sin democracia aumenta la violencia en Guatemala
Violencia y democracia no están separados. La democracia no es solo votar es el estado de derecho. En el eje del estado de derecho está el respeto a las instituciones y las leyes.
Según Escobedo, “debemos hacer un análisis, hay un estudio de la Universidad de Notre Dame sobre homicidios y cómo estaba la situación antes de que CICIG iniciara su trabajo y cómo estuvo durante los 12 años que funcionó. Existió un descenso, ahorita post Cicig los fenómenos que pasaban en 2007 que es el sicariato, ahora está regresando”.
La violencia aumenta por la falta de desarrollo y de dinero cuando no existe una democracia real los índices de violencia suben. Según un estudio de publicado el 27 de enero del 2023 del PNUD se revela que “crece la tasa de homicidios aunque a niveles menores a la pre-pandemia si se toma como referencia el año 2019, previo a la pandemia del covid, periodo en el que se restringe la movilidad de las personas, la tasa entonces era de 21.5 homicidios por cada 100 mil habitantes”.
Sin embargo, “tras un significativo descenso en 2020 (15.2), la tasa de homicidios comenzó a incrementarse hasta los 17.3 muertes violentas por cada cien mil personas según información registrada el año pasado. No obstante, el país está lejos de tasas superiores a 40 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, como la registrada hace más de una década”.
Según la página de Datos Macros.com revela que Guatemala con 3.520 asesinatos en 2021, 228 más que en 2020, ocupa el puesto 162 a nivel mundial en cuanto a violencia. En cuanto a tasa de homicidios intencionales por cada cien mil habitantes de los 178 que se publicó en Datosmacro.com, en Guatemala se llevan a cabo al menos 10 asesinatos cada día.
Desafíos en el acceso a la información en Guatemala
La doctora Escobedo dice “utilizaron las nuevas tecnologías para atacar y desprestigiar, pero no se utilizaron para la campaña nunca pensaron el alcance que tenían ya las redes sociales”.
Se tiene la idea que únicamente un grupo muy limitado de privilegiados tiene acceso al internet, porque no solo es tener acceso a internet si no también tener el privilegio intelectual y de seguir cuentas en Twitter, Facebook e Instagram para estar informados.
Escobedo finalizó: “pensaron que era un pequeño grupo y resultó que no. Porque quienes movieron los votos para semilla fue la juventud desde mi experiencia cercana, mi papá, que es un señor mayor de 70 años, dijo hay que votar por semilla porque el seguía las redes sociales y los universitarios van a votar por semilla.”
Existe cierta esperanza de que los jóvenes están convencidos y mucho más formados; además, han crecido desde el 2015 en un ambiente de denuncia ante la corrupción y otras desigualdades. Parece ser que la juventud fue quien convenció a los adultos, amigos, familiares o vecinos para salir a votar, esta fue la parte que nadie se esperaba.