Foto: redes sociales.

El despliegue de la Guardia Nacional en Texas y la extensión de las manifestaciones a ciudades como Nueva York, Chicago y San Francisco reflejan el rechazo creciente a la política migratoria de Donald Trump.

Noticias Mundo. 

La tensión por las redadas migratorias realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) continúa en aumento. Lo que comenzó el viernes en Los Ángeles con intervenciones masivas, ha desencadenado protestas en al menos diez ciudades del país, incluyendo Nueva York, Chicago, Washington, Filadelfia y varias localidades de Texas. El Gobierno de Donald Trump respondió con un despliegue de la Guardia Nacional, especialmente en zonas gobernadas por republicanos, como Texas.

A pesar del rechazo social, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró que el gobierno no frenará sus operativos. «ICE seguirá aplicando la ley», escribió en sus redes sociales. Estas declaraciones avivaron las protestas que, en ciudades como Nueva York, derivaron en múltiples arrestos el martes.

Nueva York, Chicago y San Francisco: epicentros de la resistencia

En el Bajo Manhattan, cientos de personas se congregaron en Foley Square con carteles en inglés y español que decían “ICE fuera de Nueva York”. La manifestación fue pacífica en su mayoría, aunque la policía confirmó varios arrestos. El alcalde Eric Adams fue enfático: “Manifestaciones como las de Los Ángeles no serán toleradas en nuestra ciudad”.

En Chicago, miles salieron a las calles con lemas como “El pueblo dice ¡Fuera ICE de Chicago!”. En San Francisco, la situación se tornó violenta: más de 150 detenidos, dos agentes heridos y daños a oficinas y vehículos tras enfrentamientos cerca de una sede de ICE.

En Filadelfia, la policía arrestó al menos a 15 personas tras disturbios provocados por una protesta de 150 asistentes. En Washington D.C., Atlanta y Seattle también se reportaron concentraciones masivas, en un clima de creciente tensión nacional.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, confirmó el despliegue de la Guardia Nacional en anticipación a las protestas. «Protestar pacíficamente es legal. Dañar a una persona o propiedad es ilegal y conllevará arresto», advirtió. En Austin, la policía estatal y local usó gas pimienta y lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, que lanzaron piedras y botellas en respuesta. En Dallas, también se confirmó al menos un arresto.

¿Escalada o contención?

El corresponsal de la BBC en Norteamérica, Anthony Zurcher, advirtió que el despliegue militar en Texas podría encender aún más la inconformidad en ciudades gobernadas por demócratas. “Podría provocar manifestaciones más grandes y violentas, lo que a su vez debilitaría el argumento republicano de que ellos saben cómo mantener el orden”, analizó.

Con protestas aún en desarrollo y más programadas para los próximos días, la situación refleja una fractura social que va más allá de la migración: la ciudadanía está enfrentando en las calles la política migratoria de Trump, mientras el gobierno responde con más fuerza pública.

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