
Trump endurece su postura contra atletas trans, pero la NCAA solo registra menos de 10 en un universo de 530.000 competidores.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que prohíbe la participación de atletas transgénero en equipos femeninos. La medida, que se presenta como una defensa del deporte femenino, ha generado un fuerte debate en el país y podría extenderse a la escena olímpica.
La decisión se enmarca en una serie de políticas impulsadas por la administración Trump que buscan redefinir el concepto de género en el ámbito legal y deportivo, excluyendo a las personas trans de categorías femeninas en competiciones financiadas con fondos federales.
Un cambio de reglas con implicaciones nacionales e internacionales
El decreto firmado por Trump otorga a los departamentos de Educación y Justicia el poder de aplicar sanciones a cualquier escuela o institución que permita la participación de atletas trans en equipos femeninos. Según el documento, la medida busca «proteger la equidad y la integridad en el deporte», un argumento que ha sido respaldado por algunos sectores, pero duramente criticado por organizaciones de derechos civiles.
Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe a mujeres transgénero competir en deportes femeninos: «Con esta orden ejecutiva, la guerra contra los deportes femeninos ha terminado». pic.twitter.com/s8me9VXRUp
— Emeequis (@emeequis) February 5, 2025
Además, el presidente presionará al Comité Olímpico Internacional (COI) para que implemente restricciones similares de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Según Trump, la «inclusión de atletas trans en competencias femeninas es una amenaza para la equidad deportiva».
Reacciones encontradas: entre la defensa del deporte y las acusaciones de discriminación
Sectores conservadores y algunos grupos de atletas han celebrado la orden ejecutiva, afirmando que la participación de mujeres trans en competencias femeninas genera una ventaja injusta. Sin embargo, diversas organizaciones de derechos humanos y asociaciones deportivas han denunciado la medida como un ataque directo a la comunidad trans y una forma de discriminación institucionalizada.
El Centro Nacional de Leyes sobre la Mujer (NWLC) rechazó la orden y afirmó que «los estudiantes trans no representan una amenaza para el deporte femenino, sino que enfrentan una exclusión sistemática». La presidenta del NWLC, Fatima Gross Graves, subrayó que la normativa perjudica a cualquier mujer que no encaje en los estereotipos tradicionales de género.
Por otro lado, la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria) ha anunciado que revisará sus políticas de inclusión en respuesta a la nueva legislación. La entidad había adoptado en 2010 una normativa que permitía la participación de atletas trans con la condición de haberse sometido a un tratamiento de supresión hormonal.
Trump no solo pretende que esta política se aplique a nivel nacional, sino que busca llevar su postura al COI y presionar para que los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 implementen normas similares. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional ha defendido hasta ahora la autonomía de cada federación deportiva para decidir sobre la participación de atletas trans.
A medida que el debate avanza, varios estados con gobiernos republicanos ya han aprobado leyes similares, mientras que en otras regiones se han presentado recursos legales para frenar su implementación.
Fuente: Información tomada de Associated Press (AP) y EFE
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