La lucha por los derechos LGBTQ+ en El Salvador sigue siendo una batalla constante en un entorno donde la discriminación y el estigma prevalecen. A pesar de los desafíos, activistas y miembros de la comunidad siguen levantando la voz en busca de igualdad y reconocimiento. ¿Cuál es la realidad actual y qué retos enfrenta esta población?
Derechos Negados Latinoamérica
En un país donde la tradición y los prejuicios sociales pesan más que la inclusión, la comunidad LGBTQ+ enfrenta una batalla diaria por el reconocimiento de sus derechos. Exclusión, estigma, discriminación y violencia por odio son solo algunas de las realidades que viven las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans, intersexuales y otras identidades de género en El Salvador. Aunque algunos miran hacia otro lado, otros alzan la voz para defender su derecho a existir y ser reconocidos.
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La noche del pasado sábado, un bar ubicado entre el volcán y la ciudad de San Salvador se vistió de magia y color. Era la edición 2025 del Willa Fest, un evento organizado por Will Martínez, conocido artísticamente como La Willa, que cada año elige a la reina de la belleza trans. Entre música, luces y aplausos, el concurso no solo celebra la elegancia y el estilo, sino que también se convierte en un acto de resistencia.
Marvin Pleitez, conocido como Lady Drag, es uno de los artistas que ha convertido su arte en un grito de lucha. Durante su actuación, con voz firme y emocionada, recitó: “A cada minuto, en cada semana, nos roban la vida, nos matan hermanas, mutilan los cuerpos, nos desaparecen… No olvide sus nombres, señor presidente (…)”. Sus palabras resonaron en un público que, más allá de celebrar, recordó a quienes han perdido la vida por ser quienes son.
La voz de los activistas: William Hernández y la lucha organizada
En el corazón de San Salvador, en La Galera Teatro y Cocina, está William Hernández, presidente de la Asociación “Entre Amigos”, una organización no gubernamental que lleva más de 30 años defendiendo los derechos de la comunidad LGBTQ+. Con una mirada cansada pero decidida, William explicó cómo la lucha ha evolucionado: “Ahora manejamos el término LGBTQIA+, que incluye a lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, queer, intersexuales y más. Algunos grupos no pertenecen directamente a la comunidad, pero se han sumado a nuestras luchas en apoyo mutuo”.
Sin embargo, los desafíos son enormes. La Constitución salvadoreña define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, negando el derecho al matrimonio igualitario. Muchas parejas optan por la unión libre, pero enfrentan el rechazo social y la discriminación. “Nosotros estuvimos buscando una casa para alquilar, y en muchas ocasiones se nos negó por ser homosexuales”, relató una pareja que prefirió mantener su identidad en reserva.
Además, el proceso para obtener documentos de identidad que reflejen la identidad de género es una odisea. Hasta 2022, solo seis personas habían logrado cambiar su nombre en el Documento Único de Identidad (DUI). “Los jueces ordenan a las alcaldías proceder con los cambios, pero muchas se niegan”, denunció William.
Crímenes de odio: la sombra de la violencia
Uno de los problemas más graves que enfrenta la comunidad LGBTQ+ son los crímenes de odio. Activistas denuncian que, durante décadas, han sido víctimas tanto de pandilleros como de agentes del Estado. “Desde quitarle la vida a alguien hasta negarle derechos básicos como la educación, la vivienda o la salud, la violencia es constante”, afirmó William Hernández.
José Hernández, un joven ambientalista de Cabañas, conoce bien esta realidad. A sus veinte años, ha dedicado su vida a ayudar a comunidades campesinas, pero también ha enfrentado la discriminación por ser gay. “He vivido de manera muy palpable la discriminación, con burlas, palabras ofensivas e incluso golpes”, relató. Para José, el Estado no los reconoce como sujetos de derechos, lo que los deja en una situación de vulnerabilidad extrema.
Un sueño de igualdad
A pesar de los obstáculos, la comunidad LGBTQ+ en El Salvador sigue soñando con un futuro donde el Estado respete sus derechos. “Queremos el retorno del Estado de derecho, un Estado que garantice los derechos humanos para todos”, expresó José Hernández.
Mientras tanto, en eventos como el Willa Fest, la resistencia se transforma en arte, en celebración, en vida. Como cantó Lady Drag en su actuación: “Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo. Si un día algún fulano te apaga los ojos, ya nada me calla, ya todo me sobra. Si tocan a una, respondemos todas”.
En un país donde la diversidad sigue siendo un desafío, la comunidad LGBTQ+ no solo lucha por existir, sino por vivir con dignidad. Y aunque el camino es largo, su voz no se apaga.