Migración
Foto: Forbes México.

La migración de México a Estados Unidos expone vidas en riesgo por el ‘sueño americano’, con el mayor flujo migratorio registrado en 2023 y un aumento de menores que emigran solos, enfrentando violencia y riesgos en su travesía.

Yamiri Rodríguez Madrid

Periodista FORO HUMANOS

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló que durante 2023 se dio el mayor flujo migratorio de la historia reciente, al alcanzar la cifra de 700 mil migrantes aproximadamente, que atravesaron el territorio mexicano, provenientes principalmente de Venezuela, Honduras y Guatemala. 

Para dimensionar lo anterior, solo el Estado de Puebla, que no tiene mar ni está en las fronteras de México, reportó que realizó el rescate humanitario de 2 mil 501 personas extranjeras migrantes durante el mes de enero del año en curso. De acuerdo con la información de la Oficina de Representación del INM en Puebla, las personas que recibieron ayuda son 306 mujeres y 989 hombres adultos que viajaban solos, así como mil 205 personas distribuidas en 292 núcleos familiares y un menor de edad no acompañado.

Un punto de preocupación para autoridades mexicanas es el creciente número de menores que hoy emigran solos.  El 13 de marzo, el Instituto Nacional de Migración (INM), en coordinación con la Secretaría de Marina (SEMAR), a través de la Armada de México y el gobierno de Honduras, llevó a cabo el retorno humanitario de 41 menores a su país.

Natalia salió hace un año de El Salvador con sus tres hijos de 8, 6 y 5 años con destino a Estados Unidos. Vinieron con otras 15 personas, pidiéndole aventón a los traileros hasta llegar a una ciudad cafetalera en México con menos de 90 mil habitantes.  En Coatepec, donde vive “temporalmente”, no hay industria, no hay mar; es más, está a más de 2 mil kilómetros de la frontera norte. Sobreviven desde hace 12 meses pidiendo monedas en un crucero, aguantando insultos y amenazas de que les va a caer “la migra”, aunque la oficina de Migración más cercana está a unos 150 kilómetros de ese punto.

Otra preocupación de las autoridades es la violencia de la que los migrantes son blanco. Las recientes declaraciones del expresidente estadounidense, Donald Trump, quien dijo que algunos inmigrantes no son personas, a la par que advirtió un baño de sangre si no gana en los comicios de noviembre.

A Natalia no la desmotiva nada de eso; sigue juntando monedas para llegar a su destino: “no somos delincuentes, a esos que lo dicen, que Dios los bendiga”. 

La historia de la madre salvadoreña y los otros menores migrantes

Natalia llegó hace un año a Coatepec, un municipio veracruzano que no es paso fronterizo.  No llegó sola. Viajó durante varias semanas casi mil 600 kilómetros, con sus tres hijos pequeños y otros 15 migrantes, con la intención de llegar a Estados Unidos. 

Confiesa que vive con miedo porque siempre la amenazan que la van a reportar con la policía migratoria, aunque en este poblado no tienen la mínima presencia.  No quiere que se vea su rostro; antes de dar la entrevista pregunta si esto no les ocasionará problemas, si no vendrá la ‘migra’ por ellos o si en su país la van a ver. Habitualmente se le encuentra parada durante cinco o seis horas, con los niños, en un tope de la entrada al pueblo, donde los más bondadosos les llevan comida, ropa, un juguete para sus pequeños, pero otros los insultan y miran con desprecio.

No es la única familia que se aventura a migrar en busca de una mejor vida.  En 2023, las autoridades mexicanas reportaron que del 1 de enero al 25 de diciembre se registró el ingreso regular de 40 millones 802 mil 601 personas nacionales y extranjeras; asimismo, contabilizó, a través de Grupos Beta, 230 mil 877 asistencias a personas migrantes irregulares de diversas nacionalidades.

De ese universo, se identificaron a 106 mil 778 menores de edad, de los cuales 76 mil 464 tenían menos de 11 años, y 30 mil 314 contaban con entre 12 y 17 años. Todas y todos ellos quedaron bajo la tutela del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

2024 ha iniciado con un importante número de aseguramientos donde cada vez hay mayor presencia de menores y de familias completas. Uno de los más grandes ha sido el del pasado 8 de marzo, cuando el gobierno mexicano efectuó la repatriación a Guatemala de 106 menores de edad que viajaban solos. El Instituto Nacional de Migración (INM) y la Secretaría de Marina (Semar), subieron a tres vuelos de la Armada de México a las niñas, niños y adolescentes no acompañados, con destino al Aeropuerto Internacional “La Aurora”, ubicado en la capital de Guatemala.

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Foto: Foro Humanos.

“La totalidad de las y los menores de 18 años estaba bajo protección de la Procuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Sonora, debido a que fueron encontradas y encontrados sin la compañía de personas adultas en el momento de su rescate en diferentes puntos de la frontera norte de México. Las 13 mujeres y 87 hombres menores fueron trasladados por oficiales de protección a la infancia (OPI) y agentes federales de migración (AFM) del INM”, informó la autoridad.

La primera intervención fue el 6 de enero, cuando una mujer de 25 años y sus tres hijos menores de edad originarios de Guatemala, fueron abandonados en la zona desértica de Mexicali, Baja California, en el norte del país.

“Aquí baje, camine derecho y va a encontrar la frontera donde puede cruzar a Estados Unidos, me dijo el taxista, pero me abandonó a orilla de carretera junto con mis hijos de 2, 4 y 8 años de edad”, narró la mujer asegurada.

Entre la oscuridad y con un clima frío, la familia guatemalteca caminó por aproximadamente tres horas y no se veía nada que dividiera un país de otro.  Asustada por la integridad de sus hijos, la mujer realizó una llamada desde su celular al número de emergencia 9-1-1.

El Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4) en Mexicali recibió la llamada para pedir auxilio; sin embargo, no pudo dar referencia de dónde se encontraba para su localización inmediata. Agentes migratorios fueron informados por las autoridades del C4 Mexicali de la situación e hicieron contacto telefónico con la mujer a quien se le entrevistó para pedir detalles sobre el entorno que la rodeaba para determinar su ubicación.

Con los datos proporcionados, elementos de Grupo Beta y agentes del instituto tuvieron una aproximación de la ubicación y acudieron al lugar junto con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Guardia Nacional (GN).

Tras realizar un recorrido de aproximadamente 4 kilómetros, la mujer y sus hijos fueron localizados en la zona desértica. Su estado de salud era estable y manifestaron únicamente estar cansados, con frío y asustados. Fueron subidos a la unidad del INM para ser trasladados a las instalaciones de Puerto Fronterizo de Mexicali, donde se les proporcionaron alimentos para después gestionar su admisión a un albergue.

Un día después, el 7 de enero, una mujer y cuatro menores de 2, 7, 10 y 14 años de edad, presentaron síntomas avanzados de hipotermia debido a que llevaban alrededor de siete horas en el agua a la espera de poder cruzar a Estados Unidos a la altura del cruce fronterizo Puente 1. Casi a orilla del río, del lado norteamericano, la familia solicitó ayuda y a través de un aerobote los agentes del instituto se acercaron; la mujer cargaba a su hijo de dos años (originarios de San Luis Potosí, en el centro del país) para evitar que se mojara, mientras que los otros menores (nacidos en Coahuila) permanecían en el agua que les llegaba abajo de la cintura.

De acuerdo con el testimonio de los oficiales, visiblemente cansados y con frío, la madre y sus hijos caminaron hacia el aerobote donde de inmediato les fueron puestas sábanas térmicas para recuperar el calor del cuerpo; les trasladaron a tierra firme del lado mexicano. Al lugar llegó una ambulancia del cuerpo de bomberos para revisar su estado de salud y posteriormente los canalizaron a un hospital para su atención.

El 9 de enero se dio auxilio a 182 personas migrantes transportadas en condiciones de hacinamiento en un autobús de pasajeros, en el municipio de Las Choapas, en el estado de Veracruz. A bordo viajaban ciudadanos procedentes de Guatemala y Ecuador, entre ellos ocho menores no acompañados, 15 familias, así como 28 mujeres y 107 hombres adultos que viajaban solos.

El 12 de enero, también en Veracruz, pero en el municipio de Córdoba, rescataron a 114 personas migrantes originarias de Guatemala, Honduras y El Salvador, transportadas de manera irregular en un autobús de pasajeros.

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Foto: Foro Humanos.

La autoridad contabilizó 34 niñas, niños y adolescentes; así como 31 mujeres y 49 hombres adultos. De ese total, 74 eran originarios de Guatemala, 36 de Honduras y cuatro de El Salvador; al continuar con las acciones de verificación se obtuvo la información que en el grupo viajaban 28 personas distribuidas en 11 familias y 19 menores de edad viajaban solos.

El 14 de enero se atendió a 726 migrantes originarios de Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador y Nicaragua, que se encontraban en una bodega en el municipio de Cuaxomulco, Tlaxcala, en el centro de México. En el lugar fueron localizadas 75 niñas, niños y adolescentes no acompañados; 108 mujeres, 399 hombres adultos solos y 144 personas integrantes de 45 familias.

Para el 19 de enero, elementos de la policía del estado de Veracruz, auxiliaron y atendieron en dos acciones a 371 personas migrantes de distintas nacionalidades: 334 eran originarios de Guatemala, ocho de República Dominicana, ocho de Bangladesh, seis de Cuba, China y Ecuador, respectivamente, dos de El Salvador y uno de Nicaragua. De ellos, 79 eran niñas, niños y adolescentes (33 de ellos viajaban solos); 91 mujeres y 201 hombres adultos; cabe señalar que del total de rescatados, 87 personas viajaban en 37 familias.

El 22 de enero ocurrió una tragedia.  Elementos de Grupo Beta en Chiapas, apoyaron a personal de Protección Civil de la entidad en el rescate y confirmaron la cifra de 23 migrantes originarios de Guatemala que eran transportados de manera ilegal en la caja seca de un camión de carga que registró una volcadura en las inmediaciones del municipio de Emiliano Zapata.

Los agentes migratorios contabilizaron a diez mujeres adultas, tres hombres mayores, así como a diez menores de edad (seis de sexo femenino y cuatro masculinos). Siete de los lesionados fueron trasladados al Hospital Jesús Gilberto Gómez Maza, en la capital Tuxtla Gutiérrez y los 16 restantes presentaban lesiones leves que no requirieron hospitalización.

El 27 de enero fueron rescatados por tripulantes de una embarcación de servicio turístico, 12 cubanos que quedaron a la deriva. Se trató de 5 mujeres, una de ellas en estado de gestación y 7 hombres, todos adultos, que fueron auxiliados en altamar, cerca de las costas de Cancún.

El 4 de febrero, otra vez en Veracruz, se auxilió a 64 personas extranjeras migrantes transportadas en condición de hacinamiento en dos camionetas de carga. Las unidades, a simple vista, parecía que transportaban solo rejillas de plástico y huacales; sin embargo, a través del aprovechamiento de los recursos tecnológicos de la Dirección de Inteligencia de la Guardia Nacional, con los equipos de Rayos X se observaron irregularidades en la carga.

Las cajas de los vehículos fueron modificadas para simular el transporte de mercancía, pero al pedirle a los conductores detener la marcha y abrir la parte de atrás se constató el traslado de personas: 22 niñas, niños y adolescentes; así como 14 mujeres y 28 hombres adultos. De ese total, 14 personas viajaban en cinco núcleos familiares y 14 menores de edad lo hacían sin compañía. Eran 52 personas procedentes de Guatemala, seis de El Salvador, cuatro de Honduras y dos de Ecuador, mismos que fueron trasladados a la Estación Migratoria de Acayucan.

El 11 de febrero, 156 personas de ocho países, entre estos Bangladesh, Nepal y Brasil, fueron localizados en dos eventos: el primero, en la autopista Córdoba-Orizaba, en el estado de Veracruz; 132 ciudadanos extranjeros viajaban hacinadas en una unidad tipo Torton; y el segundo, en el que 24 ciudadanos guatemaltecos eran transportados en la cabina de un tráiler. En ambos casos eran 29 los menores migrantes, 24 de ellos, viajaban solos.

El 16 de abril, en Yucatán, estado ubicado en el Caribe mexicano, el Instituto Nacional de Migración inició el Procedimiento Administrativo Migratorio (PAM) a 150 migrantes de ocho nacionalidades (cinco de América y tres de Asia), que fueron ubicados por la Secretaría de Seguridad Ciudadana del estado.

Fueron 109 adultos solos (30 mujeres y 79 hombres) procedentes de Brasil,  República Dominicana, Cuba, Guatemala, Honduras, Pakistán,  Jordania e India. Además, diez núcleos familiares integrados por 41 personas incluidos once menores de edad no acompañados, que eran transportados ilegalmente en dos autobuses de pasajeros. 

Migrantes, entre discriminación y violencia

Pese a tener 12 meses haciendo lo mismo con sus hijos, Natalia, está ahorrando dinero para continuar su marcha hacia Estados Unidos. En su pueblo natal, uno muy pequeño de Usulatán, se dedicaba a ayudar en casas, labores domésticas. Si logra su objetivo, dice que quiere hacer lo mismo allá, a donde llegue en el vecino país del norte.

“Aquí pedimos dinero. No le robamos a nadie, ni nos metemos con nadie.  Apenas ahorita pasó una persona que me dijo groserías, que me va a echar a Migración; la verdad, hay gente muy mala, pero pues no les hago caso. A esos que dicen que venimos a robar, Dios los bendiga”, consideró.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recientemente declaró que los migrantes son gente decente, gente que quiere trabajar. “Una característica del migrante es que es muy trabajador, muy trabajador, de cualquier nacionalidad, Llegan a trabajar, al igual que nuestros paisanos, así son todos los migrantes del mundo”, afirmó.

Al respecto, Agustín Morales Mena, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reveló que en  México, 6 de cada 10 personas migrantes en albergues han sido discriminadas por esa condición, según un sondeo realizado en 2023 en el contexto de la evaluación y línea base de las campañas de Comunicación para el Desarrollo (C4D), del Programa Regional sobre Migración de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU.

Explicó que los perfiles más discriminados en México son los africanos, centroamericanos, sudamericanos, caribeños y asiáticos.

“Hacia ellos hay mixofobia, es decir, miedo o rechazo a lo diferente, nuevo y diverso. En contraste, los más aceptados son los estadounidenses, canadienses y europeos; con ellos ocurre lo contrario, hay mixofilia, concepto que se refiere a la atracción o fascinación por lo diferente, nuevo y diverso”, detalló.

La última encuesta que hizo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre discriminación, fue en 2022 y arrojó que de la población migrante de 15 años y más, 28.8% declaró haber sido víctima de discriminación; de dicho porcentaje, 32.5% refirió haberlo sido por su forma de vestir o arreglo personal (tatuajes, ropa, forma de peinarse, perforaciones), mientras que 26.6 % dijo que la razón fue su peso o estatura.

El coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, Rubén Moreira Valdez, señaló la necesidad de implementar una política que proteja y dé seguridad a quienes atraviesan nuestro territorio en busca de una mejor calidad de vida, pues afirmó que México se ha convertido en un tercer país donde más se pone en peligro a los migrantes y no hay condiciones dignas para que vivan.

“Hay bandas criminales que operan en las fronteras, donde prometen a migrantes pasarlos al país vecino y los asesinan. La Guardia Nacional no hace nada y el Instituto de Migración es un cero a la izquierda”, reclamó.

Por su parte, la diputada federal Sofía Carvajal Isunza aseguró que las organizaciones de la sociedad civil son quienes han atendido mejor a los migrantes, a quienes otorgan refugio temporal, alimentos, ropa, calzado y ayuda psicológica, pero señaló que el problema es que estos lugares ya no tienen dinero para continuar su labor y no reciben recursos del gobierno.

Lo anterior se recrudece con el discurso del pasado 16 de marzo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Aeropuerto Internacional de Dayton en Vandalia, Ohio, donde volvió a llamar a los inmigrantes “animales”.

Natalia, mientras come una pizza con sus hijos sentada en la banqueta, dice que no se enteró de eso.

Los que se quedan

Hay otra arista en el tema migratorio. Cirio Ruiz González, presidente del Consejo Regional del Café de Coatepec, el municipio del sureste de México donde hoy están Natalia y sus tres pequeños, lamentó que las autoridades no apoyen a los pueblos cafetaleros, lo que resulta en la migración de los jóvenes.

“Entonces, nos estamos quedando en el campo, que esa es una de las cosas también que nos desprotege y nos dificulta proteger toda esta riqueza cafetalera y cultural y económica y ambiental, pues porque se van los jóvenes y nos quedamos los viejitos, los niños, los enfermos”, expuso.

Indicó que las mujeres representan el 30 por ciento de la mano de obra en los cafetales en la región de Coatepec, debido a la migración de los hombres.

“Si en el ejido (campo) se gana, que es muy alto para la región, 300 pesos por día; trabajan seis horas más o menos, siete horas cuando mucho, y ganan 300 pesos. Bueno, pues, se están yendo con permiso a Estados Unidos, o se han ido por temporada seis meses, les pagan 14, 16 dólares la hora. Entonces es un mil por ciento más”, indicó.

Se necesita mejorar la organización de los productores y cambiar las leyes obsoletas que permiten la adulteración del café y la falta de normas de calidad para regular las importaciones.

“En la región Coatepec hay un estudio de la maestra Erika Valencia. En su tesis dice que en la región Coatepec, el 30 por ciento de los cafetales ya están representados por mujeres. Entonces no es un asunto que se haya dado por voluntad. Es un asunto obligado porque si los varones se van a trabajar fuera, las mujeres se quedan y no ha habido de otra más que la equidad de género alcance un 30 por ciento ya en la cafeticultura regional”, enfatizó Cirio Ruiz.

 Al final, la Cámara de Diputados, a través de la diputada Alma Griselda Valencia Medina, anunció que realizarán un foro sobre el fenómeno migratorio en la frontera sur, en el que participen representantes de grupos de la sociedad civil, organismos públicos, académicos, comisiones especializadas del Poder Legislativo, consulados y organismos internacionales, a fin de recabar propuestas que deriven en reformas para su atención.

“El flujo migratorio ha aumentado en la actualidad por cuestiones de carácter económico y político, por la diferencia en el pago de los trabajos desempeñados, la situación de violencia en los países emisores de migrantes y los cambios climáticos que provocan sequías y trastornan los procesos productivos de las regiones agrícolas, entre otros”, detalló.

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Foto: Foro Humanos.

En tanto, el diputado Brígido Moreno Hernández recalcó que también en la frontera norte de México se vive una crisis humanitaria, debido a los miles que llegan en la búsqueda de cruzar a los Estados Unidos.

“Además del gran esfuerzo físico que implica su recorrido, se ven afectados por las inclemencias del clima, falta de recursos para satisfacer necesidades básicas. En algunos casos son discriminados y atacados por la delincuencia, al ser objeto de robos, extorsiones e incluso secuestros. Lo que se vive es más complejo de lo que parece, ya que no solamente se pone en riesgo la integridad de las personas que intentan cruzar a territorio de Estados Unidos, sino que genera afectaciones serias en la población local”, indicó.

Natalia confiesa que su tránsito hasta este punto fue con suerte, pues no fueron blanco de la extorsión, ni de la violencia física o sexual. “Siempre soy cuidadosa. No nos quedamos a dormir en la calle”.

Mientras eso sucede, ella solo espera juntar más monedas para comer los cuatro este día, para seguir su travesía hacia la frontera de México con los Estados Unidos.

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