En su primer viaje a la luna, una nave privada de Japón, pierde comunicación

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En su primera misión, el centro de control Ispace en Japón, pierda la señal de la nave antes de su aterrizaje.

Noticias Mundo.

Trataron de ser historia al convertirse en la primera nave comercial en alunizar, pero la pérdida de comunicación impidió que la hazaña fuese una realidad.

La sonda japonesa, Kakuto-R, desaparece tras perder contacto con la empresa Ispace en momentos antes de aterrizar.

Por más de 20 minutos se intentó reestablecer la comunicación con la nave a través de la telemetría, pero no hubo suerte.

«Tenemos que asumir que no se ha cumplido el objetivo del alunizaje», dijo el director de la compañía, Takeshi Hakamada, quien salió a dar explicaciones rodeado de su equipo.

Al momento de la confirmación, desde Ispace cortaron la retransmisión en directo. Al parecer, es la segunda vez que sucede en el mundo, la primera ocurrió en abril de 2019 de parte de Israel.

El equipo sigue investigando el estado de la misión aunque el mismo portavoz destacó como un éxito que establecieran conexión con la nave en los últimos momentos previos al aterrizaje, sin embargo «ahora perdimos la comunicación», indicó.

Hakuto-R

Desde un robot fabricado en Emiratos Árabes Unidos, un conejo blanco japonés, trató sin éxito aterrizar este martes en el borde exterior sureste de la Luna.

Area de la luna inexplorada llamada Mar del Frío.

«Conejo blanco» es como se traduce en japonés Hakuto, el nombre de la sonda que quería protagonizar la primera misión comercial en la superficie de la Luna.

Esta misión, dirigida por iSpace, contaba con el apoyo del rover Rahid, de Emirartos Árabes Unidos (EAU), incrustado en el módulo de aterrizaje.

Estos dos países en conjunto pretendían que sus nombres fueran incluídos en la reducida lista de naciones que han logrado pisar la Luna, naciones como Estados Unidos, la Unión Soviética y China.

Hakuto, había entrado en la órbita lunar hace un mes después de ser lanzado por un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX el pasado diciembre desde Cabo Cañaveral, Florida.

La nave iba en órbita con el rover Rashid, construido por el Centro Espacial Mohammed bin Rashid de Dubai, y un robot de dos ruedas, el mini rover Sora-Q, que tiene forma de bola y que fue fabricado por la empresa de juguetes TOMY.

Destino

Su destino final era el cráter Atlas, región virgen de misiones lunares, ahí se estudiaría el suelo lunar y la geología del lugar.

Lo que debía hacer era tras concluir con el aterrizaje, la nave comenzaría a recargar la batería antes de sacar a pasear a los dos rovers, a los que podrá monitorizar en todo momento gracias a un complejo sistema de múltiples cámaras.

El pequeño rover de EAU, que apenas pesa 10 kilos y mide 50 centímetros, también cuenta con más cámaras, unas microscópicas para explorar el suelo lunar y otra térmica.

Este tenía planeado alejarse unos cuantos cientos de metros del módulo de aterrizaje, pero sin salir del cráter Atlas.

El otro rover, bastante más diminuto -ocho centímetros de diámetro y pesa 250 gramos-, estaba diseñado para recopilar datos de la arena que encuentre en la superficie lunar.

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